lunes, 28 de febrero de 2011

EL Hedonismo Segun la Ffia


En la filosofía se le  llama Hedonismo a la tendencia consistente en considerar que el placer es un bien.
Su origen se sitúa en la palabra griega hedoné, que se traduce por “placer”. Para algunos autores, el placer significaba algunas de las sensaciones de alguno se los sentidos. En esa época, era muy frecuente que el placer se entendiera sólo por el placer corporal, sin necesidad de indicarlo expresamente. En la época de los sofistas era frecuente pensar que el placer se conseguía por la armonía o la buena disposición de los distintos elementos del cuerpo. Se sentía placer cuando se estaba “lleno”, en el sentido corporal, cuando se estaba “bien provisto”; lo contrario, originaba un “vacío”, que originaba el deseo, que al cumplirse, conseguía el placer.
En muchos casos se ha creído que el placer es el mayor bien, o se ha identificado “placer” con “bien”. El bien en cuestión ha sido en muchos casos un “bienestar”, en el sentido literal de este término. Ha habido muchas discusiones sobre el significado, propuestos y formas del hedonismo.

Sin embargo, como ha habido muchas maneras de entender el “placer” ha habido muchas formas de hedonismo. El hedonismo más radical sostiene que todos los placeres deben ser satisfechos sin que se les ponga ninguna restricción, mientras que el hedonismo moderado afirma que la actividad de placeres debe ser moderada, para que así aumente el placer. Puesto que gran parte de las disputas sobre el significado de “placer” y sobre la justificación de buscarlo han tenido lugar en el terreno “moral”, se ha considerado que el hedonismo es una tendencia en filosofía moral, en la ética.

-Los defensoras del Hedonismo-

Como se ha dicho antes, los diferentes significados que se le ha dado a la palabra placer, han hecho aparecer multitud de “hedonismos”, caracterizados por las evidentes diferencias entre los diferentes pensadores y escuelas hedonistas. A lo largo de la historia, se ha considerado que han adoptado una moral hedonista los cirenaicos, los epicúreos antiguos, los neo-epicúreos (Gassendi, Valla, etc.), los materialistas franceses del S. XVIII(La Mettrie, Holbach, Helvecio etc.) y los utilitarios ingleses (sobretodo Bentham). También se suele incluir entre los filósofos hedonistas a Spinoza y a Hobbes.

-Los Cirenaicos-

Los cirenaicos, que fueron de los primeros hedonistas, consideraban que el placer era el bien y el dolor era el mal, por eso el hombre “debe” buscar el primero para evitar el segundo. En cuanto al placer, los cirenaicos prefieren el placer de los sentidos, el “placer material”, peo sin dejar de lado el “placer espiritual”, como complemento del anterior. Contra los cirenaicos se echó en cara que los placeres pueden producir, además, dolores; pero a esto se respondió que el objetivo del hedonista es buscar placeres de tal forma que eviten los posibles dolores venideros. También se utilizó en contra de los cirenaicos que el hedonismo puede es egoísta, ya que el placer de unos puede ser el dolor de otros. Por eso, los cirenaicos intentaron llegar de una doctrina no egoísta de los placeres, pero no la desarrollaron consecuentemente.

-Los Epicúreos antiguos-

En esta escuela filosófica, de la que más tarde se hablará más extensamente, se destacó la importancia de los “placeres moderados”, que serán los únicos que permitan la desaparición de los dolores, además de una “participación en los placeres”, mediante una comunidad de amigos, como fue esta escuela. Los placeres aparecen como menos “sensibles” en los epicúreos que en los cirenaicos, por ejemplo, una conversación entre amigos era considerada por los epicúreos como un placer que podía buscarse sin incurrir en dolor.

-Ideas Principales-
El epicureísmo fue una doctrina filosófica fundada por Epicuro de Samos en el año 306 a. de C. en el jardín de su propia casa, por lo que recibe también el nombre de “Escuela del Jardín”. El epicureísmo defiende una teoría empirista del conocimiento cuyo elemento básico es la sensación, y una concepción materialista del universo que parte del atomismo de Demócrito. Para negar el determinismo estoico y justificar la existencia de la libertad, el epicureísmo introduce la idea de que los átomos se desvían, por azar, de su trayectoria rectilínea inicial. En su aspecto ético, el epicureísmo sostiene la teoría hedonista de que el bien moral es el placer, y que la felicidad se alcanza con la ataraxia (paz interior) o equilibrio de placeres materiales y espirituales. El epicureísmo, sin negar la existencia de los dioses, no admite su intervención en el mundo ni en el destino de los hombres. Respecto a la muerte, el hombre, al que niega la inmortalidad, debe mostrar su indiferencia, ya que es la consunción natural de su propio destino. Fue una teoría crítica respecto de su época, ya que condenaba el terror al destino, a la muerte y a los dioses. Esa doctrina se extendió por diferentes lugares, especialmente por el Imperio romano a través de las comunidades basadas en la amistad epicúrea y de maestros aislados, de entre los que destaca Lucrecio Caro, autor del poema De rerum natura, que representa la versión romana de esta filosofía griega.
La autoridad de Epicuro sobre sus discípulos era muy grande. Como las demás escuelas, el Epicureísmo constituía una asociación de carácter religioso; pero la divinidad a la que estaba dedicada esta asociación era el fundador mismo de la escuela. “Las grandes almas epicúreas no las formó la doctrina, sino la asidua compañía de Epicuro” .Tanto durante su vida como después de su muerte, los discípulos y los amigos le tributaron honores casi divinos y procuraron modelar su conducta sobre su ejemplo. El precepto fundamental de la escuela era, “Obra siempre como si Epicuro te viera”
El epicureísmo ve en la filosofía el camino para lograr la felicidad entendida como liberación de las pasiones. Así, pues, el valor de la filosofía es puramente instrumental: su fin es la felicidad. Mediante la filosofía, el hombre se libra de todo deseo inquieto y molesto; también se libra de las opiniones irrazonables y banales, y de las turbaciones procedentes de ellas. La investigación científica, encaminada a investigar las causas del mundo natural, no posee otro fin. “Si no estuviéramos turbados por la idea de las cosas celestes y de la muerte y por no conocer los límites de los dolores y de los deseos, no necesitaríamos la ciencia de la naturaleza”. Todo el valor de la filosofía reside, pues, en dar al hombre un el “cuádruple remedio”:
-El primero es el liberar a los hombres del temor de los dioses, demostrando que por su naturaleza feliz no se ocupan de los asuntos humanos.
-El segundo, el librar a los hombres del temor a la muerte, demostrando que no es nada para el hombre: “Cuando existimos nosotros la muerte no existe, cuando existe la muerte no existimos nosotros”
-El tercer remedio es el demostrar la accesibilidad del límite del placer, es decir, el fácil logro del placer mismo.
-Y por último, el cuarto de los remedios, el consistente en demostrar la lejanía del límite del mal, es decir, la brevedad y la provisionalidad del dolor.



-Los Neo-Epicúreos-

Los neo-epicúreos surgen durante la edad moderna, cuando las escuelas filosóficas helenísticorromanas vuelven a surgir, junto con el platonismo y el aristotelismo. En esta época, el Epicureísmo fue cultivado por Lorenzo Valla (1505 - 1557) y por Antonio Gassendi, que fue unos de los anticartesianos, que fue, a su vez, el creador las quintas objeciones en contra del cartesianismo y racionalismo de Descartes.




Ideas en contra del Hedonismo-

El hedonismo a tenido muchos enemigos a lo largo de la historia. Por muy diversos motivos, Platón, muchos filósofos cristianos, especialmente los de tendencia ascética, Kant, etc.. En general, el hedonismo se ha visto muy criticado, y en algunos casos, menospreciado. Un argumento común en contra del hedonismo es que en verdad no se desea el placer, sino que se desea el objeto que lo proporciona. Pero puede decirse en su defensa, que si se busca este objeto, es porque proporciona placer, o se espera que lo proporcione.
Otras críticas al hedonismo han sido producidas desde una moral muy distinta. Así, por ejemplo, Kant critica el hedonismo por tacharlo como una moral “material”, y ninguna de estas morales puede proporcionar una completa seguridad sobre los conceptos morales fundamentales, como lo haría una moral “formal”. También se ha criticado al hedonismo desde el punto de vista de la “moral de los valores”, según la cuál, el hedonismo no es eliminado en todas las ocasiones, el problema es que el placer se considera un valor de naturaleza inferior, que puede y debe subordinarse a otros valores. Otra crítica, parecida a la anterior es la formulada por quienes distinguen entre dos tipos de deseo, el inferior o sensitivo y el superior o racional. Hacia esto, los hedonistas, sobre todo los epicúreos, dicen que el simple echo de buscar el placer ya es una característica racional, “una facultad superior


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